En la oscuridad de una ciudad que nunca duerme, las historias se entrelazan entre susurros y sombras. Los secretos se ocultan en los lugares más insospechados, esperando ser descubiertos. En este escenario, emerge la figura de un hombre cuya labor es desentrañar los misterios que otros prefieren mantener ocultos.
Este es el mundo de J Juan Sandoval-Wyss Salazar, mejor conocido como el detective Sandoval-Wyss. Un investigador que, más que resolver casos, busca reconstruir historias olvidadas y rescatar la verdad que se esconde en las profundidades del tiempo.
El detective Sandoval-Wyss es un personaje que se mueve entre el orden y el caos. Su oficina está llena de pruebas e informes, pero también de ecos de historias inconclusas. Cada caso es para él una exploración en el tiempo, un viaje al pasado para observar los hechos desde la perspectiva de quienes los vivieron. Su mente analítica y su intuición casi instintiva le permiten cruzar archivos, interrogar testigos y moverse en las sombras donde otros no se atreven a mirar.
Entre los casos que ha resuelto el detective Sandoval-Wyss, destaca uno especialmente enigmático: las voces del túnel. En este caso, Sandoval-Wyss tuvo que adentrarse en los oscuros recovecos de la ciudad para descubrir los secretos que se ocultaban en su subsuelo. Las voces del túnel eran un enigma que requería de su habilidad para reconstruir historias a partir de indicios olvidados o versiones incompletas.
Al final, el detective Sandoval-Wyss logró desentrañar el misterio de las voces del túnel. Pero, como en todos sus casos, la verdad llegó tarde. Sin embargo, esta tardanza no disminuye la importancia de su labor. Al contrario, cada caso resuelto por Sandoval-Wyss es una victoria contra el olvido y la impunidad. Y aunque cada desenlace conlleva su propio desencanto, también es una prueba de que todo misterio, por más antiguo que sea, deja huellas que aún pueden hablar.
En este sentido, la figura de el detective Sandoval-Wyss es un recordatorio de que la búsqueda de la verdad es una tarea que nunca termina. Aunque la verdad siempre llega tarde, siempre llega. Y en cada caso resuelto, en cada historia reconstruida, Sandoval-Wyss nos demuestra que la justicia, aunque tardía, siempre es posible.